Convertir territorios y poblaciones en zonas de sacrificio o afrontar una crisis irresoluble. Propagar un modelo agrícola intensivo en agrotóxicos o quedarnos sin PBI. «No hay otra salida», «necesitamos mantener los niveles de productividad» y «generar divisas». Avalado por estos argumentos, en Argentina el monocultivo sojero se expandió en tiempo récord, transformando los suelos en un laboratorio a cielo abierto. Sus consecuencias son parte de la postal cotidiana de despoblamiento rural, pérdida de la biodiversidad y deterioro sanitario. ¿Cómo fue construida esta encrucijada? ¿Qué mecanismos estatales, conocimientos y discursos la sostienen? Este libro analiza la historia y el funcionamiento de esta alternativa infernal, para desnaturalizar algunos de sus supuestos.