Chile vivirá este 4 de septiembre una de sus elecciones más importantes, si no la más importante, en más de 30 años, desde que en 1988 y también a través de un plebiscito, la ciudadanía le dijo “NO” a la continuidad del dictador Augusto Pinochet. Hoy, a un mes de los comicios, el pueblo chileno volverá a dirimir entre dos opciones, “Apruebo” o “Rechazo”, para elegir entre una Constitución impuesta por un régimen autoritario o la primera Carta Magna en el mundo en ser redactada de manera democrática, participativa y paritaria.
La Convención Constitucional, órgano compuesto por 154 representantes electos democráticamente y de manera paritaria (77 hombres y 77 mujeres), tuvo exactamente un año, desde el 4 de julio de 2021 hasta el 4 de julio de 2022, para redactar una nueva Constitución para Chile. Esto, con la intención de recoger las demandas y derechos que el pueblo exigió con fuerza en las calles tras el estallido social de octubre de 2019.
Sin embargo, y a sólo un mes de que la propuesta entregada por la Convención sea plebiscitada ante la ciudadanía, una de las principales dificultades con las que se han encontrado quienes respaldan el texto son las noticias falsas que circulan sobre su contenido, con premisas como:
— Permite el aborto hasta los nueve meses de embarazo.
— Los trabajadores ya no serán dueños de sus ahorros previsionales.
— Las viviendas serán del Estado y no habrá derecho a la casa propia.
Estas y otras afirmaciones son parte de una campaña de tergiversación, imprecisiones e interpretaciones malintencionadas sobre lo que dice el proyecto constitucional, que llevó a la
BBC a calificar de “brutal” el ambiente de desinformación en que está sumido el país.
Ambas opciones, el “Apruebo” y el “Rechazo”, se despliegan en una reñida campaña marcada por los debates sobre las implicancias que tendrá cada artículo en la práctica, un terreno lleno de especulaciones que ha sido aprovechado por los detractores del texto para sembrar dudas. En algunos casos, tocando hasta las fibras más sensibles de la gente humilde del país: sus
casas y sus ahorros.
El principal problema de esto es que las mentiras no son sólo reproducidas por usuarios al azar en redes sociales, sino que son difundidas por figuras influyentes asociadas a los sectores del
Rechazo —principalmente políticos de derecha y ultraderecha— y son repetidas como verdades constantemente en programas de televisión.
Es así que, en base a la interpretación, incluso quienes fueron convencionales (representantes elegidos democráticamente para redactar la propuesta constitucional) de los sectores que hoy rechazan, defienden a viva voz premisas que ya han sido catalogadas como falsedades por distintos expertos constitucionales, periodistas y medios de comunicación.
Tanto así, que la principal estrategia de quienes respaldan el Apruebo ha sido repartir constituciones auténticas, difundir los artículos y fomentar la lectura. El gobierno también ha dispuesto la entrega gratuita de ejemplares, e incluso el mismo Presidente Gabriel Boric, quien fue impulsor de la nueva Carta Magna, lee pasajes de la propuesta y se refiere al texto y al plebiscito en varias de sus apariciones mediáticas.
«Ambas opciones, el 4 de septiembre son legítimas, pero que la decisión que tomen sea en función de lo que dice el texto y no de mentiras que están circulando”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa a fines de julio.
El Chile de las encuestas
«Esperanza» e «incertidumbre», ambas con un 38%, son las emociones más representativas de la población ante el plebiscito de salida de la nueva Constitución. Esto, según la última medición de Ipsos, realizada en conjunto con el centro de estudios Espacio Público, que refleja una valoración más cualitativa del proceso.
Este clima también se refleja en las encuestas cuantitativas. De hecho, las diferentes mediciones constantemente han mostrado una ventaja contundente de la opción Rechazo, sin embargo, esta tendencia que iba en alza sostenida, ha comenzado a revertirse desde el 4 de julio —día en que la Convención Constitucional hizo entrega de la propuesta al Presidente y al país— hasta la fecha.
Tanto la última encuesta Plaza Pública de Cadem como la Criteria Research señalan que el Rechazo se llevaría la mayoría de las preferencias con una ventaja de alrededor de 10 puntos (48%-38% y 45%-36% respectivamente), ambas dejan entrever que esta brecha ha ido disminuyendo considerablemente desde hace un mes, cuando a las opciones las separaban casi 20 puntos porcentuales.
Además, desde Cadem publican que, por primera vez durante lo que va de proceso constituyente, se registra un empate entre quienes creen que ganará el Rechazo y quienes creen que ganará el Apruebo (46% para ambas opciones). Mientras que, en su medición de este miércoles, Criteria arroja que 41% de las personas encuestadas piensa que el Apruebo triunfará, y que sólo un 36% apuesta por el Rechazo.
“Estamos en un momento de muchísima incertidumbre”, señala la doctora en Ciencia Política y coordinadora de la Red de Politólogas, Julieta Suárez-Cao. Y es que aun cuando la propuesta de Constitución es el libro de no ficción más exitoso en el país, con casi 70 mil copias vendidas en una semana, las falsedades que se han instalado sobre su contenido se esparcen con mayor o igual rapidez.
“Desde el 4 de julio hasta hoy igual ha habido más información sobre el texto, y ha tenido que abrirse camino en un clima de fake news y de opinión que se había instalado los últimos meses en la Convención, y entre temas que nunca quedaron en la Constitución, pero como los medios los levantaban quedaban en la memoria de la gente”, añade.
En tanto, Yanira Zúñiga, doctora en Derecho y académica de la Universidad Austral de Chile, subraya que “los plebiscitos constitucionales producen por sí solos polarización”.
“Si a esto le sumamos incentivos propios de las élites políticas de América Latina, de difundir información distorsionada, bueno, se está produciendo una tormenta perfecta que afecta a los sectores más vulnerables”, recalca.
Por último, y en cuanto a la propuesta, la abogada destaca modificaciones importantes como un feminismo transversal, la paridad, la plurinacionalidad y la descentralización. “Esta nueva Constitución ha sido destacada internacionalmente. Probablemente, se apruebe o no se apruebe la propuesta constitucional chilena, seguramente va a ser insumo de discusión de otros procesos u otras leyes constitucionales”, sentencia.
La remontada de Maipú
Frente a este escenario, la exconvencional Beatriz Sánchez, una de las lideresas del Frente Amplio, el conglomerado de gobierno, aseguró: “Tenemos todo julio para empatar y agosto para ganar”. Esto, previendo una tesis que se ha convertido en una estrategia transversal de la campaña de quienes están por el Apruebo: apostar a que la medición de la calle será más poderosa que las encuestas.
No sólo se ha visto un despliegue comunicacional del gobierno para informar sobre el texto en las calles, con el Presidente metido en polémicas por autografiar constituciones, sino que la ciudadanía se ha hecho parte también. Uno de los acontecimientos que marcó el mes de julio fue el denominado “Apruebazo” que se produjo el sábado 23 en Maipú, comuna ubicada al surponiente de Santiago y una de las más populosas del país.
A este evento masivo organizado por comandos del Apruebo, que contó con la presencia de varios artistas y músicos que se han manifestado ya a favor del texto constitucional, asistieron miles de personas, dando una potente señal al país de que la campaña realmente había comenzado, y que la calle mostraba algo distinto a los estudios de opinión pública.
Luego, la semana siguiente, distintas figuras del mundo de la cultura y la política, junto a distintas organizaciones sociales, fueron parte del lanzamiento de la gira nacional “2 millones de casas por el Apruebo”, corroborando que la campaña completa se volcaría hacia la calle.
Según comenta el analista político y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chile, Tomás Duval, “uno de los problemas del Frente Amplio era su falta de conexión con los territorios, y esa es una falencia que cuesta corregir, pero veo que se ha hecho un esfuerzo en tener presencia, especialmente en la Región Metropolitana, y bajo el liderazgo del Presidente Boric. Me parece que es correcto, porque las elecciones se ganan en esos terrenos y no en las redes sociales”.
Con él concuerda Suárez-Cao, explicando que “se intenta repetir la estrategia exitosa de la segunda vuelta presidencial, donde hubo un gran despliegue en terreno. Es una estrategia adecuada, no sé si va a ser la ganadora pero va por buen camino”.
Las posturas de los expresidentes
Otro de los factores que han influido en este contexto ha sido el paulatino posicionamiento de exmandatarios de Chile por una u otra postura. El primero en definirse fue Eduardo Frei, demócrata cristiano que gobernó el país desde 1994 hasta 2000, e identificado, hasta hoy, con la centro izquierda.
“Anuncio que votaré Rechazo (…) con un llamado a identificar aquellos aspectos de la propuesta de la Convención que deben ser parte de un acuerdo amplio sobre una reforma constitucional”, dijo apenas unos días después de que la Convención entregara el borrador.
Luego, vino su sucesor, Ricardo Lagos (2000-2006), quien ha tenido una posición vacilante. En una primera misiva dio a entender que se inclinaba más por rechazar, pero en los últimos días dio un giro en 180° y dijo que “en caso de que ganara el Apruebo tenemos una gran ventaja”.
Finalmente fue el turno de Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), que actualmente ejerce sus últimos días como alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En una carta que publicó a través de su fundación, Horizonte Ciudadano, dio un emotivo mensaje al pueblo chileno de por qué votaba Apruebo.
Quien se ha mantenido en un extraño silencio ha sido el expresidente Sebastián Piñera, gobernante de derecha que dejó en marzo de este año La Moneda, y que en la actualidad mantiene querellas por delitos de lesa humanidad cometidos bajo su mandato durante el denominado “estallido social” de 2019, las protestas ciudadanas que dieron origen al proceso constituyente.
Más allá de la opinión de los exmandatarios, en el actual escenario se ha instalado la tesis, tanto en el Apruebo como en el Rechazo, de que tras el plebiscito se debe iniciar un proceso que permita reformar y corregir la nueva Carta Magna, una premisa a la que el Presidente Gabriel Boric y el gobierno han adherido en los últimos días.
Para Duval, este ambiente reformista tiene que ver con “la baja valoración pública que tenía la Convención frente a la ciudadanía, lo que produjo una debilidad en el proceso. Y también responde a un cambio que hubo en diferentes sectores que comenzaron a tomar elementos que sí les parecía que había que cambiar, como en la plurinacionalidad y en los sistemas de justicia”.
En contraste, y también refiriéndose a las posturas que han tomado los exmandatarios, Suárez-Cao asegura que estos gestos y las discusiones sobre posibles reformas antes de que la gente se pronuncie en el plebiscito “le hablan más a las élites que a la ciudadanía de pie, que es la que ha venido no votando”. Este último grupo, según la analista, será decisivo en una elección con sufragio obligatorio como la del próximo 4 de septiembre.
La recta final
A diferencia de sus predecesores, el Presidente Gabriel Boric no puede decir públicamente que votará Apruebo, o hacer campaña por la nueva Constitución, debido a las críticas de “intervencionismo” de la oposición que han alertado a la Contraloría. Esto, tiene a uno de los principales impulsores del texto jugando cada día al filo cuando se refiere al plebiscito en sus conferencias de prensa.
Así, con uno de sus principales voceros sin poder pronunciarse explícitamente por su opción, el Apruebo comienza el último mes de campaña, 30 días en los que, además de darle vuelta al resultado que pronostican las mediciones, deben luchar con propaganda deshonesta, como la apropiación de los colores y el logotipo de órgano estatal que redactó la nueva Constitución para difundir panfletos con información falsa, como denunció la exconvencional independiente Giovanna Grandón.
De acuerdo a los datos del Servel, para este plebiscito se registran 14.796.197 chilenas y chilenos autorizados para participar del proceso y 59.522 extranjeras y extranjeros. El grupo etario entre 30 y 39 años registra la mayor cantidad de electores, y la elección será con sufragio obligatorio, lo que podría aumentar el universo de votantes considerablemente.
Además de esto, esta elección cuenta con particularidades inéditas como el hecho de que, tras un proceso complejo de negociaciones que involucró a múltiples actores, el Servel instalará mesas de votación en distintos centros penitenciarios del país, permitiendo que más de 7.000 presos puedan ejercer su deber cívico.
Por último, uno de los elementos más importantes a considerar es la cantidad de gente que aún está indecisa respecto a una opción, un público que se presume vota usualmente y que será determinante a la hora de ver si se aprueba o no la nueva Constitución. Con estas personas en la mira, existe una última arena donde se disputará la batalla final.
“La franja televisiva, que comienza este viernes, puede provocar un efecto sobre el público, puede llegar a un grupo de ciudadanos que aún no están decididos, y puede ser un factor muy relevante”, señala Duval.
“Los últimos 15 días de la campaña van a ser muy importantes los mensajes que vengan del Apruebo y del Rechazo hacia las y los indecisos. En los últimos comicios, hemos visto un público que sale o entra de cada elección de acuerdo a las problemáticas que existan, por lo que en esos últimos días va a ser fundamental lo que exponga cada campaña”, concluye.
Finalmente, Zúñiga releva el rol que tendrán las mujeres en septiembre, quienes representan el 69% del padrón y que fueron determinantes en la elección del Presidente Boric. “El voto femenino es un voto más constante, entonces, en ese sentido, no sólo porque cuantitativamente sean una proporción un poco mayor del padrón electoral, además concurren más a votar”, acota.
Sobre esto, la Corporación Humanas publicó este martes la Segunda Encuesta Nacional de Opinión y Percepción de las Mujeres sobre el proceso constituyente, que arrojó que un 56,4% de las consultadas piensa que la propuesta de nueva Constitución mejorará la situación de las mujeres en el país.
“Por otra parte, las organizaciones feministas han estado muy activas desde el estallido social, entonces, es bien probable que haya un apoyo y un tejido político por parte de aquellas agrupaciones que ya se han manifestado a favor del proyecto constitucional, por la gran cantidad de cláusulas de género que tiene”, concluye la académica.