Despenalización del aborto: reinicia la discusión en el Congreso

Entre hoy y mañana se espera votar en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados de Chile, el proyecto de ley que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales. A pesar del largo proceso de tramitación de este proyecto, aún existen voces dentro de la Nueva Mayoría, alianza que gobierna, que están en desacuerdo con la aprobación del mismo.

Uno de los principales compromisos asumidos por la actual Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en el inicio de su segundo mandato, fue reconocer el derecho a decidir de las mujeres sobre sus propios cuerpos, proponiendo despenalizar el aborto bajo tres causales: inviabilidad fetal, riesgo de vida de la mujer y violación. Lamentablemente, este proceso se ha enfrentado a diversas controversias y postergaciones debido a la intransigencia por parte del ala más conservadora de la coalición.

La causal violación es la que ha generado más debates en torno a su aprobación, especialmente en diputados y diputadas de la Democracia Cristiana (DC) – parte de la Nueva Mayoría-, quienes han elaborado argumentaciones que nada tienen que ver con garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas. En la memoria de la ciudadanía aún resuenan los dichos del diputado Pablo Lorenzini (DC), a comienzos de 2015: "¿Qué es violación? Producto de algo que no quiso. Hay miles de casos de mujeres que tienen relaciones porque, a lo mejor, tomaron un traguito de más o estaban apenadas, o por las circunstancias que pasan en la vida, que el hombre es muy hábil y las convenció y ella no quería, en ese caso ¿es violación también?”.

Sobre las agresiones sexuales, Carolina Carrera, presidenta de Corporación Humanas mencionó en una entrevista realizada el pasado 26 de octubre en radio Onda, Agencia Radiofónica Latinoamérica-Europa de Berlín, que “en Chile cuando se discute este punto, una de las cosas que dicen los legisladores más conservadores es ‘que las mujeres van a empezar a decir que fueron violadas’, como si siempre las mujeres mintiéramos, como si fuésemos a usar esto como un juego, eso nos parece tremendo”, señaló Carrera.

También se generó un fuerte rechazo social ante el ataque a la autonomía de las mujeres por parte de Ena Von Baer, senadora de la UDI, cuando en 2012, en el marco de la discusión en el Congreso sobre la posibilidad de legislar sobre el aborto terapéutico, afirmó que una mujer "no tiene derecho (a abortar), desde mi punto de vista, una mujer presta el cuerpo, presta el hogar a esa vida que se va a desarrollar". La anulación de las mujeres como sujetas de derechos, es una constante en las estrategias que buscan reflotar una y otra vez los argumentos conservadores que quieren ubicar el accionar de las mujeres en el seno del mundo privado y siempre relegadas a los mandatos del patriarcado.

Para sumar a lo anterior, en este año que lleva discutiéndose el proyecto de ley en el Congreso, con visibles intensiones de un grupo de parlamentarios y parlamentarias de ambos sectores de retrasarlo, recientemente se han podido leer las declaraciones del diputado Jorge Sabag (DC), señalando que “el aborto no es una solución cristiana a un problema complejo, declarar la guerra a criaturas indefensas no es precisamente un acto de misericordia”, olvidando al parecer que Chile es un Estado laico y su legislación también lo es.

En el país no existen estadísticas formales sobre la cantidad de abortos que se practican anualmente, sin embargo hay estudios que sitúan las cifras entre los 70.000 y 160.000 al año, obligando el Estado a las mujeres a practicarse abortos clandestinos arriesgando sus vidas y su salud. “Lo que existe en Chile es una tremenda desigualdad económica. Las mujeres que tienen recursos salen a abortar fuera de Chile o van a clínicas privadas y hacen pasar dicho aborto por otra operación, esa realidad fue denunciada por la ex ministra de Salud, Helia Molina y eso le costó el cargo”, subrayó Carrera.

El derecho internacional desde hace años dicta que las legislaciones restrictivas que imponen la penalización del aborto vulneran los derechos humanos fundamentales de las mujeres y de las niñas como: el derecho a la vida, el derecho a no ser discriminadas, el derecho a la salud y el derecho a no sufrir tortura ni otros malos tratos. Es por esta razón, que se hace urgente su despenalización. Se debe recordar que en Chile el aborto estuvo permitido por riesgo de vida de la mujer hasta el año 1989, justo antes de finalizar la dictadura pinochetista.

El proyecto de ley que se votará esta semana en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja no protege de manera amplia los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas, pero bajo el escenario de absoluto abandono por parte del Estado a las mujeres que abortan, su aprobación sería apenas el inicio del reconocimiento de los derechos mínimos que las organización de mujeres, feministas y organismos internacionales vienen reclamando desde hace décadas.