Nuevo Modelo de Desarrollo

El modelo de desarrollo chileno ha experimentado tanto logros como desafíos evidentes en las últimas décadas. Aunque el país ha mostrado una significativa convergencia económica y una reducción constante de la pobreza, aún enfrenta niveles alarmantes de desigualdad socioeconómica y una marcada dependencia de recursos naturales no renovables para su crecimiento. La transición democrática a inicios de los noventa fue un hito importante, pero las instituciones establecidas durante el régimen dictatorial han influido en la continuidad de políticas que han llevado al actual "modelo chileno", caracterizado por reformas lentas y una inclinación hacia el statu quo, al agotamiento. Las protestas sociales de 2019 evidenciaron una profunda crisis de dicha estrategia, generando un debate sobre cambios institucionales y una estrategia de desarrollo más elaborada, inclusiva y sostenible.

En este contexto, se plantea la necesidad imperativa de un Nuevo Modelo de Desarrollo para Chile que integre principios como la inclusión social, la sostenibilidad ambiental, la participación ciudadana y la transformación económica. Este enfoque busca no depender exclusivamente del crecimiento económico como medida de éxito, sino orientarse hacia objetivos primordiales de la sociedad, como la reducción de las distintas formas de injusticias, más transparencia y democracia, una economía dinamizada por tecnologías verdes, y el respeto por los límites biofísicos del país. La gestión efectiva de la biocapacidad nacional se vuelve esencial para conciliar el desarrollo socioeconómico con la preservación de los ecosistemas, estableciendo así una estrategia de desarrollo más equilibrada y sostenible para el futuro de Chile.