Esta semana se conmemoraron los treinta años de la entrada en vigencia de la Convención Interamericana Belém do Pará y los veinte años de implementación del mecanismo de seguimiento MESECVI. Esta Convención establece que la violencia de género es una vulneración a los derechos humanos y surge a la luz de la larga lucha de las organizaciones feministas que buscamos la erradicación de la violencia de género, a través de la construcción de un futuro más equitativo y justo. La Conferencia nos mostró que existen avances que reconocemos pero que aún quedan grandes desafíos que abordar en atención a nuevos contextos en los diversos países.
Durante el desarrollo de la Conferencia, se discutió sobre desafíos relacionados con el acceso a la justicia y reparación de las mujeres víctimas de violencia de género, instando a los estados parte a la creación de políticas públicas que en esa línea eviten la revictimización en el sistema judicial, para lo que es imprescindible la instalación de perspectiva de género como herramienta básica en los diversos agentes auxiliares de administración de justicia.
Además, se destaca la creación de leyes con modelo integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género por parte de los estados que han ratificado la convención; esto es valorado, ya que permite avanzar en la aplicación de los principios establecidos en la Convención Belém do Pará.
A su vez, se profundizó como tema emergente en la violencia dentro de los espacios digitales, observando que la carencia de legislación pertinente, vulnera los derechos de miles de mujeres, además sin la reparación necesaria, por lo que se insta a los estados parte a desplegar acciones para combatir esta nueva problemática que va de la mano con la nueva era que vivimos.
Por su parte, desde el Caribe se menciona con fuerza que aún les queda un largo trecho para alcanzar los estándares que han logrado otros países, debido al contexto político y social, recordándonos que en sus territorios el proceso de erradicación de la violencia es aún más lento e invisible que en el resto de la región. Es importante mencionar como hito, que se incorpora por primera vez, a la declaración emitida en esta IX Conferencia de los Estados parte, el reconocimiento de la crisis climática y ecológica como un agente de vulneración de derechos, el cambio climático como factor que influye en el lento avance de los derechos de las mujeres, en especial de las mujeres rurales. Otro acontecimiento importante dentro de los temas emergentes, es la presentación de la recomendación general Nº 5 que visibiliza la erradicación de todas las formas de violencia en mujeres afrodescendientes.
En materia de derechos sexuales y reproductivos, se observa que en estas instancias se propende a un ejercicio de defensa de los derechos y la autonomía de las mujeres sin privaciones o limitaciones, aunque en términos materiales en la región, solo Argentina, Colombia y Uruguay cuentan con legislaciones garantes de derechos, siendo un ejemplo a seguir por las demás naciones participantes. Al mismo tiempo, se advierte un preocupante avance de “fundamentalismos” que buscan coartar y retroceder en la garantía de derechos. La negación del derecho a decidir sobre la continuación o interrupción de un embarazo, los problemas de acceso al aborto seguro, y la criminalización, siguen siendo un problema transversal y hoy debemos estar alertas en la defensa de los derechos ya incorporados y alcanzados. Es por ello que dentro de la declaración de las organizaciones de la sociedad civil se incluye con énfasis el principio de no regresión de los derechos de las mujeres.
Es así, como se observa con preocupación y alarma la ausencia de representación de Argentina, constatando que en virtud de su nuevo contexto político no se presentaron a tan relevante espacio de diálogo, en una práctica que invisibiliza a las mujeres argentinas como sujetas de derechos, cabe mencionar la eliminación por parte de la presidencia de la nación, del Ministerio de la Mujer en este país vecino, el día previo al inicio de la Conferencia.
Como organizaciones sociales, estamos conscientes de la importancia de la vinculación efectiva entre la sociedad civil y el mecanismo autónomo de seguimiento de la Convención Belém do Pará (MESECVI), en nuestro rol de vigilancia, intercambio de información y colaboración. Los Estados mantienen presente en el debate las demandas históricas del movimiento, ya que a través de la consulta a la sociedad civil es posible recoger las realidades de cada Estado parte, reflejándose así en los desafíos pendientes. Sin duda, desde la implementación de la Convención se han registrado avances históricos en los países que la suscriben, en miras a erradicar la violencia de género dentro de la esfera pública y privada. Históricamente las mujeres hemos luchado para que hoy tengamos mejores condiciones estructurales, es nuestro derecho y deber como sociedad civil contribuir a que las nuevas generaciones puedan ejercer el derecho a una vida libre de violencia de género.
Esperamos que el debate de estos días y celebración de la convención, sean una instancia de aprendizaje como también de coordinación entre la Convención, MESECVI, Estados parte y organizaciones de la sociedad civil para alcanzar y ejercer el anhelado derecho a una vida libre de violencia.
Red de Profesionales por el Derecho a Decidir
Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto.