A comienzos de abril, Rodrigo Astorga Hering, se incorporó al equipo de la Oficina Santiago de Chile de la Fundación Heinrich Böll, como el nuevo coordinador del eje de Transición Socioecológica. Rodrigo es economista y Master en Economía de la Universidad de Chile, además de Master en Medio Ambiente y Gestión de Recursos con especialidad en Energía y Cambio Climático de la VU-Amsterdam.
Rodrigo cuenta con una amplia experiencia en investigación y proyectos en los campos de medioambiente y desarrollo económico. Ha sido consultor y coordinador en distintas instituciones tanto nacionales como internacionales: CEPAL, OIT, Ministerio de Medio Ambiente de Chile, Ministerio de Economía de Chile, CIEPLAN, GEF, IISD, entre otros.
El nuevo coordinador de programas de la fundación ha colaborado y escrito diversos estudios y publicaciones como “Gobernanza e institucionalidad ambiental en Chile: Cómo inciden en el crecimiento económico (2019, CIEPLAN)”, “Chile: Desafíos de la productividad y el mundo laboral” (2017, OIT) o “Macro–to–micro interactions and economic development: A-country comparative study” (2014, National Innovation Systems, Social Inclusion and Development: The Latin American Experience).
En cuanto al escenario político actual de Chile, Rodrigo señala que “Al autodefinirse el Gobierno de Gabriel Boric como ecologista, además de sacar la Ley Marco de Cambio Climático, el compromiso de aumentar las áreas protegidas y su financiamiento, o ratificar el Acuerdo de Escazú, se debe tener como elemento central avanzar hacia una transición socioecológica justa”, destacando que para dicho objetivo es fundamental la elaboración de investigación y pilotos, además de empujar a crear una voz crítica para impulsar políticas públicas que apunten en esa dirección. Justamente en estos puntos afirma que la fundación puede ser un tremendo aporte en relación a los desafíos ambientales y sociales que además han aparecido a raíz de una estrategia de desarrollo aparentemente agotada, la cual fue diseñaba para abordar desafíos propuestos en otra época.
“Creo que es súper importante hacer políticas públicas que conciban al Estado como coordinador de diversos servicios. En el campo medioambiental nos enfrentamos a desafíos como la contaminación atmosférica, del suelo y aguas, la crisis climática, los residuos tóxicos, las amenazas a la biodiversidad, entre otros. Por lo tanto, requerimos un diseño de políticas públicas que proponga intervenciones amplias; una coordinación entre servicios logrando implementar una estrategia que sea mucho más transversal a un problema puntual, ya que los conflictos no ocurren en una sola dimensión. Hay que hacerse cargo de elementos tecno-productivos, sociales y ambientales con una base productiva que es intensiva en recursos naturales no fósiles. Por lo mismo, es de capital importancia pensar en un nuevo modelo de desarrollo como una respuesta holística a los desafíos presentes y futuros” afirmó Rodrigo.
Bajo este contexto, el coordinador señala que es fundamental generar una gobernanza en red a través de la sociedad civil mezclada con el aparato público y empresas privadas para así llegar a soluciones que sean más sostenibles y estables en el tiempo, las cuales permitan mayor cohesión y paz social, protegiendo nuestro patrimonio tecnológico, ambiental y cultural. No obstante, el cambio exigido socavaría el statu quo, lo que genera mucha resistencia. “Debemos y podemos avanzar en acuerdos basados en transparencia, supervisión, y recompensas o castigos para sortear algunos de los problemas de este enfoque”.
“El Sur Global vive y muy probablemente seguirá viviendo de sus recursos naturales en los próximos años. Necesitamos un marco analítico con un enfoque que ponga de relieve las capacidades de adaptación de las empresas a las especificidades biofísicas, culturales y sociales de los territorios en los que operan y, en particular, a sus relaciones con las comunidades locales. Mi desafío como coordinador es contribuir a una transformación socioecológica en Chile y más adelante también en Perú y Bolivia. Requerimos incorporar una perspectiva de género, buscando formas de superar nuestra estrategia de desarrollo -hasta ahora- basada en la sobreexplotación de nuestros recursos naturales, proponiendo los principios de justicia social y ambiental como ejes de un nuevo modelo de desarrollo”.