"Colonia Dignidad: No hay vuelta atrás": ficción y realidad cruda de un capítulo oscuro en las relaciones chileno-alemanas

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Recién, en la primera semana de agosto, la película "Colonia Dignidad: No hay vuelta atrás” se estrenará oficialmente en Chile. Como las grandes distribuidoras nacionales no quisieron mostrar la película por su “contenido político“, al final Gitano Films se quedó con los derechos en Chile y exhibirá la película en el Cine Arte Alameda y en diversas salas a lo largo del país. Se espera que la película fomentará – igual que en Alemania – discusiones controvertidas sobre este capítulo siniestro en la historia chileno-alemana y sobre las respectivas responsabilidades penales, civiles y políticas.

Entre 1961 y 2005 se cometieron graves vulneraciones a los derechos humanos en la Colonia Dignidad, ahora llamada Villa Baviera. El ex nacionalsocialista y fundador de la secta, Paul Schäfer, estableció un regimen de terror en el fundo en el sur de Chile. Aparte del abuso sexual masivo de menores y el trabajo forzoso de los colonos, la Colonia durante la dictadura cívico-militar sirvió como centro de tortura y detención. Hasta ahora no se sabe el número exacto de los detenidos desaparecidos que pasaron por el énclave alemán. Por lo menos 100 cuerpos de presos políticos asesinados se exhumaron de varias fosas clandestinas en el fundo de la Colonia sin que se conozca, hasta hoy, su paradero final.

Ya tres semanas previas al estreno oficial de la película, este próximo 4 de agosto, el tema de la Colonia Dignidad ocupó los titulares tanto de la prensa alemana como de la prensa internacional. En el marco de la recepción oficial del Presidente alemán Joachim Gauck, en la residencia del Embajador alemán en Santiago de Chile, se desató un escándalo político por motivo de algunas invitaciones por parte de la Embajada. Junto con víctimas de la Colonia Dignidad y destacados abogados de derechos humanos, también se invitaron a dos victimarios relacionados directamente con el sistema de represión de la Colonia Dignidad. Reinhard Zeitner llegó como invitado a la residencia del embajador Rolf Schulze, a pesar de haber sido condenado en 2013 a una condena de tres años y un día – con el beneficio de libertad vigilidada - por el secuestro de un menor y complicidad en el sistema de abuso sexual sistemático. Zeitner empezó una pelea con el director de la película, Florian Gallenberger, a quien increpó por ensuciar la imagen de la Colonia Dignidad. También estaba entre los asistentes Hans Jörg Schreiber Nill quien se hizo tristemente célebre por un contrato mordaza que intentó hacer firmar a los colonos. En nombre de la empresa inmobiliaria Neidenburg, Schreiber hizo una oferta escandalosa a los colonos: la entrega de un trozo de tierra a cambio de ceder “en forma íntegra, definitiva, total y a perpetuidad“ los derechos exclusivos sobre el uso de su imagen, sus nombres y el uso de sus historias de vida, experiencias personales y grupales vividas en la Ex Colonia Dignidad. Gracias a la intervención del abogado Winfried Hempel quién representa los intereses de los colonos que fueron víctimas de abusos sexuales y laborales, las firmas se pudieron impedir a tiempo.

Según aclaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores que salieron recién al comienzo de agosto, las invitaciones no fueron el resultado de un error protocolar sino de "un proceso de deliberación por parte de la Embajada alemana en Santiago de Chile, ponderando tanto el pasado como las posiciones actuales de las personas respectivas. Esta deliberación considera el hecho de que dentro de un sistema criminal cerrado como lo fue la Colonia Dignidad, las fronteras entre víctimas y victimarios no se pueden establecer con la necesaria selectividad efectiva: Muchos ex colonos se convirtieron en victimarios por coerción aunque a la vez fueron víctimas“ (http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/08/02/embajada-alemana-en-chile-invito-a-proposito-a-ex-miembros-de-colonia-dignidad/). No cabe duda de que algunos miembros de la nueva clase de jerarcas de la Villa Baviera tienen biografías complejas dónde se mezclan experiencias de víctima y victimario. Tampoco se niega que el criterio de coacción puede influir en la evaluación de un(a) juez(a) sobre la gravedad de la responsabilidad por el delito penal cometido. Un análisis de los procesos de confrontación crítica con la herencia autoritaria, tanto en las Repúblicas Federal y Democrática de Alemania como en Chile, muestra que el criterio de coerción o de “debida obedencia” debería utilizarse con mucha cautela en procesos de auto-entendimiento ético-político. Por ningún motivo se puede utilizar para justificar o mermar crímenes de abuso sexual sistemático de menores o, menos aún, crímenes de lesa humanidad como la tortura y la desaparición de personas. El tipo de explicación otorgado por las autoridades alemanas seguramente vulnerará las sensibilidades de las víctimas y tampoco contará con el apoyo de sus abogados. Según los relatos de ex colonos, el ex guardia Reinhard Zeitner fue un matón brutal y leal discípulo de Paul Schäfer. Entretanto Zeitner se fue de Chile, aparentemente para instalarse permanentemente en Alemania.

Aunque la película es de ficción y no un documental, logra expresar de forma escalofriante tanto el complejo entrelazamiento entre biografías de víctimas y victimarios y la complicidad de la Colonia Dignidad con los crímenes de la dictadura cívico-militar, como el papel deshonroso de diplomáticos alemanes.

Ya en abril de este año quedó demostrado que la cinematografía puede tener repercusiones políticas fuertes. Fue justamente en el contexto del debate sobre la película de Gallenberger en Alemania que el Ministro de Relaciones Exteriores Frank-Walter Steinmeier tomó la decisión de abrir los Archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores antes del plazo. En un conversatorio en Berlín dónde participaron tanto víctimas políticas como ex colonos abusados, Steinmeier encontró palabras marcadamente claras para criticar el hecho que diplomáticos alemanes por un período demasiado largo hicieron vista gorda a los abusos de los derechos humanos cometidos en Colonia Dignidad, faltando la necesaria determinación y transparencia. Anunció que la Cancillería Alemana sacará conclusiones del caso Colonia Dignidad para empezar un proceso de aprendizaje que asegurará que no se repitan nunca más situaciones parecidas.

Por su parte, organizaciones de víctimas y de derechos humanos chilenas evaluaron positivamente el gesto de Steinmeier. A la vez deploraron que el gobierno alemán explícitamente limitó el proceso de análisis crítico a las víctimas de abuso dentro de la Colonia Dignidad excluyendo a las víctimas políticas de tortura y desaparición con la explicación de que Alemania no tuvo responsabilidad por el golpe de Estado en Chile. Al contrario de la posición oficial de la Cancillería, organizaciones de derechos humanos enfatizaron que fueron justamente las experiencias del nacionalsocialismo y del Holocausto que causaron el cambio de paradigma en el derecho penal internacional, rompiendo con el principio de la territorialidad en casos de crímenes de lesa humanidad – que incluye tanto tortura como desaparición forzosa. Como crímenes erga omnes (es decir, en contra de todas y todos) obligan a toda la comunidad de estados de proteger a las víctimas y proseguir a los victimarios. Tanto más lamentable se interpretó el rechazo de la República Federal a abrirse a una discusión sobre las (co-)responsabilidades políticas y jurídicas en la aniquilación de opositores al régimen cívico-militar. La Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, contraparte de la oficina Regional Cono Sur de la Fundación Heinrich Böll, propuso instrumentos bilaterales en un enfoque integral para abordar las violaciones a los derechos humanos. En su comunicado de prensa del 11 de julio con motivo de la presentación de una querella judicial por el caso de Cerro Gallo, Margarita Romero, presidenta de la Asociación exigió un procedimiento que obligara a ambos estados según sus respectivas competencias “pero colaborando entre sí, asumiendo su responsabilidad al fallar en la protección de los derechos y libertades de los habitantes de la Colonia, así como en las sistemáticas violaciones a los derechos humanos de opositores políticos de la dictadura ocurridas en el lugar, definan, ineludiblemente junto a los organismos de la sociedad civil, las vías de trabajo bilateral necesarias para enfrentar estos crímenes de manera integral […]“. Implicaría un paquete de medidas que comprende tanto el esclarecimiento de las respectivas responsabilidades políticas, penales y civiles y del paradero de los presos políticos desaparecidos en la Colonia Dignidad como propuestas colaborativas de políticas de memoria. Significaría también una discusión crítica sobre la mantención de un complejo turístico con folklore bávaro en un ex centro de tortura y detención.

Según el abogado Winfried Hempel el dinero público que hasta ahora subvencionó a la empresa turística de Villa Baviera más bien benefició a la nueva generación de jerarcas mientras las víctimas de explotación sexual y laboral, que en su gran mayoría ya no viven en el territorio de Villa Baviera, siguen esperando una reparación digna.

La oficina Regional de la Fundación Heinrich Böll junto a la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, abogadas y abogados de derechos humanos y académicas y académicos acompañarán el estreno de la película a lo largo de Chile con una serie de conversatorios para profundizar el proceso de diálogo iniciado hace tres meses atrás, siempre en estrecha cooperación con las víctimas y la sociedad civil chilena. Esperamos que ambos estados involucrados participen activamente en este proceso – en estrecha cooperación con la sociedad civil para construir una base de verdad y justicia para todas las clases de víctimas, como también para establecer una cultura de memoria viva que realmente apoye a aumentar la "vigilancia frente al mal" exigida por Canciller Steinmeier en abril de este año.

Ingrid Wehr, directora de Oficina Regional Cono Sur, Fundación Heinrich-Böll