"El desafío de los pueblos y las organizaciones sociales es articular un proceso de acumulación para torcer el peso del agronegocio”

En el encuentro Sustentabilidad del Gran Chaco,Tierras y Territorios en disputa: presiones y múltiples respuestas, representantes de organizaciones, académicos y de comunidades afectadas por la arremetida del extractivismo, dieron a conocer distintos puntos de vista sobre la grave situación ambiental que está enfrentando esta macro región que abarca parte de Paraguay, Argentina, Bolivia y Brasil.

Al seminario asistieron 150 personas las que tuvieron la oportunidad de dialogar, debatir y compartir sus experiencias, dejando de manifiesto la preocupación por la crisis ambiental que está sufriendo este territorio a causa de múltiples iniciativas productivas de gran escala: desforestación, exploraciones petroleras, construcción de represas, carreteras, ganadería y energía nuclear, entre otras. Estas actividades han derivado en violentos proceso de desplazamiento de los campesinos e indígenas.

Además de intercambiar diagnósticos, los asistentes debatieron sobre propuestas y alternativas de sustentabilidad tanto desde la perspectiva política, como desde las opciones productivas. La directora de la Fundación Heirnich Böll para Cono Sur, Ingrid Wehr, fue quien dio el inicio a estas jornadas, junto con representantes de las otras organizaciones convocantes: David Cardozo de Sobrevivencia y Hernán Scandizo del Observatorio Petrolero Sur (Opsur). Los tres se refirieron a lo fundamental que es la realización de este tipo de eventos para la visibilización del fenómeno destructivo que si continúa expandiéndose podría tener consecuencias catastróficas para la región boscosa más grande del mundo después de la Amazonía.

En cuanto al rol de los Estados frente a lo que está sucediendo en el Gran Chaco, Pablo Bertinat, perteneciente al Taller Ecologista de Argentina, otra de las organizaciones convocantes, afirmó que lamentablemente éstos sólo ven el extractivismo como una oportunidad económica obviando la amenaza de destrucción al ecosistema que está generando este tipo de producción. “Los gobiernos no han podido o no han querido construir un modelo de desarrollo alternativo al extractivismo, el que implica la subordinación a la globalización productiva mundial. Los gobiernos están viendo esta práctica como necesaria, como una alternativa para salir de la pobreza a través de la obtención de recursos sin medir las consecuencias”.

Frente a esto, Walter Pengue, director del Grupo de Ecología del Paisaje y de Medio Ambiente de la Universidad de Buenos Aires, Argentina (GEPAMA) agregó que “a pesar de que el Gran Chaco americano es una de las regiones que más recursos naturales y culturales tiene a nivel mundial no ha sido vista por los gobiernos como tal, sino sólo como una área de extracción y de sometimiento. Es por esto, que es primordial trabajar en la construcción de nuevas políticas basadas en una verdadera integración y educación ambiental, para poner en manos de los propios actores mayor información de las distintas alternativas de sustentabilidad existentes”.

Los efectos directos negativos que está produciendo el extractivismo en el ecosistema están directamente relacionados con los graves problemas de salud que están presentando las comunidades que han quedado en el medio del área de producción, por ejemplo, en el caso de la exposición a los agrotóxicos utilizados para la fumigación de vastos territorios plantados con monocultivos de vegetales transgénicos. Con respecto a esto, Damián Verzeñassi, Académico de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, afirmó que “existe un gran incremento de distintos tipos de cánceres, enfermedades neurológicas, malformaciones congénitas, abortos espontáneos y problemas de infertilidad, más allá de lo que se espera para la región”.

Frente a esta situación, Verzeñassi agregó que, “es muy preocupante que el Estado y los representantes políticos, a pesar de estar consientes de esta realidad, la niegan y la justifican en virtud de la “rentabilidad económica” que tiene este modelo, incluso afirmando en los medios de comunicación, que les preocupan los daños, pero son 30 mil millones de dólares que nos deja esta producción… reconociendo así que algo está ocurriendo, pero priorizan los intereses económicos de algunos pocos…”. Dentro de los temas principales que también se analizaron y discutieron en este seminario, fue la visibilización de las presiones que se viven en los territorios y comunidades por la arremetida del fracking, la planta nuclear, las mega-obras de infraestructura; la privatización de la biodiversidad; los agronegocios; la criminalización de la resistencia, el desplazamiento forzado, entre otros.

“En el seminario se identificaron las presiones que están en juego en los diferentes territorios vinculados sobre todo al proceso de financiarización y mercantilización de la naturaleza y todas las medidas que se impulsan de economía verde como para superar una frontera más y entrar en territorios que todavía no están incorporados en la lógica de acumulación” afirmó Bertinat.

Para Walter Pengue, además de los problemas ya mencionados de salud que está provocando el extractivismo se está produciendo “una expulsión forzada de los territorios en las que las comunidades y pueblos originarias se ven desplazados por una fuerte competencia por tierra que antes no tenían ningún valor en el mercado y hoy sí lo tienen. Hilaria Cruzabie, representante de la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas del Paraguay (CONAMURI), señaló que debido al desplazamiento forzado los indígenas están perdiendo sus culturas, establecidos en tierras que no son sus territorios, lo que provoca fuertes crisis internas dentro de cada comunidad. “Hay comunidades que no tienen tierras, deben buscar nuevos lugares para establecerse, viviendo de forma muy precaria. Es por esta razón que es muy importante que las organizaciones indígenas estemos unidas ya que es la única forma de incidir y evitar más desplazamientos”.

Elizabeth Bergallo, Antropóloga y docente de la Universidad del Nordeste, Resistencia, Chaco, destacó la importancia que tiene la sobrevivencia de lo espiritual en el territorio, su cultura y tradiciones, la significación histórica de sus lugares sagrados, por lo que es muy importante también trabajar en “la legitimización de los territorios para recuperar y preservar su cultura”.

Todas las organizaciones, académicos y asistentes al seminario coincidieron en lo fundamental que es la realización de estos encuentros para aportar en la creación de políticas públicas en beneficio social y ambiental de la biodiversidad del Gran Chaco como también en las muchas partes del mundo que están siendo afectadas por la invasiva y creciente irrupción del capitalismo. De acuerdo a esto Verzeñassi, afirmó que, “El Principal desafío que tiene los pueblos y las organizaciones sociales es lograr articular un proceso de acumulación para torcer el peso del agro negocio”.

Este evento fue realizado durante los días 19 y 20 de octubre del presente año, en Asunción, Paraguay y fue convocado por Sobrevivencia- Amigos de la Tierra Paraguay, el Movimiento Ecologista Verde del Paraguay, la Fundación Heinrich Böll Oficina Cono Sur, el Taller Ecologista y el Observatorio Petrolero Sur (Argentina).