COP21: Una nueva oportunidad para hacer frente al cambio climático

El objetivo principal de la cumbre es que los países firmantes mantengan un compromiso real y vinculante para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados celsius.

La vigésimo primera Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) se llevará a cabo desde el 30 de noviembre y hasta el 11 de diciembre en París, Francia, poniendo fin al Protocolo de Kioto, único instrumento vinculante que obligó a 38 países desarrollados a comprometerse en la reducción de las emisiones de gases. En este pacto internacional, efectuado en 1997, Estados Unidos, a pesar de ser dos de los principales generadores de Dióxido de Carbono, no ratificó este acuerdo.

Este año, Francia fue escogida para presidir la COP debido a su proceso de transición ecológica y energética que está implementando para reducir sus emisiones de carbono, las que ya se ubican entre las más bajas de los países desarrollados y se ha transformado en un ejemplo a seguir para los otros países. La postura de este Estado es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del 40 % en relación a 1990 y de aquí al 2030.

Por dos semanas, se espera que los 130 jefes de Estado, ya confirmados en la convención, negocien los términos del acuerdo internacional con los que se pretende reducir las emisiones de gases de causantes del calentamiento global, a partir del 2020.

Fue en la Vigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio Climático (COP20), efectuada en Perú el año pasado, donde 195 países establecieron los bases del pacto que deberán sellar en esta próxima cumbre, siendo lo más destacable que China y Estados Unidos han establecido por primera vez en la historia compromisos para reducir sus emisiones de efecto invernadero (GEI).

La diferencia de esta conferencia con respecto a las anteriores, es que las organizaciones ecológicas y representantes de la sociedad civil tendrán un protagonismo activo con el fin de presionar, principalmente a las grandes potencias, a que cumplan los compromisos adquiridos, los que se materializarán en propuestas de cada uno de los países que pacten este acuerdo internacional, las que tienen relación con las formas de reducción de los gases contaminantes; medidas de adaptación a los impactos del cambio climático; definición de los principales responsables de los daños; financiamiento y tecnología y promoción de la participación ciudadana.

El compromiso latinoamericano

En Latinoamérica, países como Brasil, Chile, Argentina y Perú representan el 72% de las emisiones de gases de efecto invernadero de América del Sur, sin embargo ninguno de estos países manifiesta nivel suficiente de cumplimiento de sus acuerdos de reducción de gases contaminantes, vale decir su Contribución Nacional Determinada (INDC).

El problema es que en vez de hacer frente a la amenaza global, estos gobiernos van en la dirección equivocada. Brasil por ejemplo, si bien en su compromiso apunta a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 37% por debajo de los niveles de 2005 para el año 2025 y sostener la cuota de 45% de energías renovables, pretende al mismo tiempo, aumentar en un 50 % su matriz energética en 10 años, mostrando además alarmantes índices de desforestación que entre 2005 y 2012 llegaron al 85%.

Chile por su parte, a través de su Contribución Nacional Determinada (INDC) para el acuerdo climático París 2015, en materia de mitigación se compromete al 2030 a aumentar su reducción de emisiones de C02 por unidad de PIB hasta alcanzar una disminución entre 35% a 45% con respecto al nivel alcanzado en 2007, considerando un crecimiento económico futuro que le permita implementar las medidas adecuadas para asumir ese compromiso.

Frente a este plan de acción climático, la Mesa Ciudadana sobre Cambio Climático de este país solicitó a la Presidenta Michelle Bachelet un compromiso más ambicioso en la reducción de emisiones de gases contaminantes. De acuerdo a esto, la coalición presentó un estudio (solicitado al instituto alemán NewClimate) que demuestra que Chile al alcanzar una meta de 100% de energías renovables para el 2050, el Estado podría ahorrar 5.300 millones de dólares anuales, crear 11.000 empleos en el sector y reducir hasta en 1500 las muertes provocadas al año por la contaminación existente en Santiago.

Por su parte, Uruguay se propuso como objetivo aumentar la captura de Dióxido de Carbono a través de los montes nativos y la forestación, con esto se propone llegar en el 2030 a ser neutral en sus emisiones de CO2 mediante una fuerte política de forestación. Este país además se plantea como meta la reducción de la intensidad de emisiones en la producción de la carne vacuna, en el cual se prevé reducir la intensidad de emisiones en 31% para ese año.

Por otro lado, Paraguay tiene como objetivos principales aumentar en 60% el consumo de energías renovables y disminuir en un 20% el consumo de combustible fósil y un 20% de reducciones en base al comportamiento de las emisiones proyectadas al 2030.

En el caso de Argentina, a pesar de ubicarse entre los 20 países más emisores de gases en el mundo, su propuesta sólo incluye disminuir C02 en un 15% al 2030, sin embargo sus esfuerzos han sido insuficientes para cumplir tales compromisos.

Compromiso urgente

Científicos y especialistas aseguran que si no se toman medidas urgentes para proteger el medio ambiente, la temperatura media global subirá entre 3, 7 y 4,8 grados en el 2100 respecto al nivel preindustrial, causando fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías, ciclones, etc.

Frente a esta situación y por la gran cantidad de gases ya emitidos, es casi imposible que la temperatura global no aumente, sin embargo lo que se busca en esta cumbre es limitar su crecimiento.

Frente a esta realidad, se espera que en esta ocasión los resultados sean muchos más positivos que en las anteriores cumbres, ya que a pocos días del evento, las principales potencias ya han pactado trabajar en propuestas para bajar sus niveles contaminantes. Estados Unidos acordó para el 2025 disminuir sus emisiones entre un 26% y un 28% respecto al 2005 y China afirmó que reducirá paulatinamente sus emisiones hasta detenerlas definitivamente el 2030. Además 174 países ya han enviado sus propuestas para bajar emisiones a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (CMNUCC).

Es fundamental que se respeten los acuerdos establecidos en esta cumbre para evitar que se siga expandiendo el daño que ha provocado el cambio climático, el cual debido a la falta de voluntad y políticas públicas ha provocado migraciones forzadas, catástrofes naturales y deterioro avanzado de nuestro ecosistema.