H.I.J.O.S. – Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio

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H.I.J.O.S. en un escrache para hacer pública la denuncia de culpables de los crímes de la dictadura militar (Buenos Aires 2006), Foto: katunia. Esta foto está bajo una Licencia Creative Commons.

En el año 1995 nace en Argentina H.I.J.O.S (Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) una organización política no partidaria que agrupa a los hijos e hijas de desaparecidos, exiliados, presos políticos y fusilados durante las dictaduras militares implantadas en los países latinoamericanos durante los años ’70. Eran un grupo de chicos que se sentían solos por su condición, diferentes a los demás y que veían una necesidad de contención y de juntarse con otros jóvenes que hubieran pasado por lo mismo. También participan en H.I.J.O.S. jóvenes que sin haber tenido una experiencia directa relacionada con la represión política, comparten nuestros objetivos y métodos de trabajo.

Los objetivos de  H.I.J.O.S

En primer lugar reivindicamos la lucha de nuestros padres, madres y compañeros por un mundo más justo y solidario. Tenemos independencia y autonomía de cualquier partido político. Búsqueda y restitución de la identidad de nuestros hermanos apropiados. Nuestro trabajo base es lograr el juicio y castigo efectivo a los genocidas y sus cómplices. Por ello desde un principio acompañamos la lucha de las organizaciones que ya existían, como Madres de la plaza de Mayo, Abuelas, para poco a poco ir desarrollando nuestra propia lucha y así trabajar en un objetivo común: el Desmantelamiento del aparato represivo por medio de la separación de sus cargos de todos aquellos implicados en delitos de lesa humanidad. Trabajamos de manera muy particular, por medio de asambleas funcionando de manera horizontal y con voluntad de consenso. Realización de Manifestaciones, concentraciones de denuncia a través de Escarches, su finalidad es poner en evidencia a los genocidas ante la sociedad, concentrándonos en las áreas donde viven, trabajan, realizan su ocio y anunciar que entre ellos convive un genocida. La relevancia de este método nace de la impunidad, del periodo en el cual no había ninguna otra manera de ser juzgados sino era por justicia popular.

Pasos importantes - contrapartes importantes

Un paso importante para que los procesos judiciales se iniciaran, fueron los juicios de la Verdad (año 2000). Estos no fueron juicios legales, fue una representación donde varios testigos dieron testimonios de su cautiverio. Estos testimonios fueron clave para los juicios que se llevaron a continuación ya que se realizó un registro de futuras acusaciones a genocidas que vivían en ese momento con plena impunidad.
En Madrid, se forma hace 5 años por segunda vez, a raíz de los juicios que se estaban llevando en España (Scilingo, Cavallo…) y hace unos meses se forma en Barcelona otra regional.

Se trabaja conjuntamente con miembros de H.I.J.O.S. que estén en Europa ubicando a genocidas o cómplices de la dictadura que salieran de Argentina tras la vuelta de la democracia, y la búsqueda de nuestros hermanos apropiados que se cree que hay cerca de 50 viviendo en Europa sin saber realmente cual es su identidad. A parte se realiza una difusión y apoyo de los juicios realizados en Argentina con la campaña “Ponte la camiseta”, con la colaboración de personas famosas en Argentina y en Europa, y otros medios disponibles. Esta campaña es la continuación de la que se realiza en Argentina.

El comienzo de los organismos de los derechos humanos en Argentina fue el nacimiento de las Madres de Plaza de Mayo. Ellas fueron un grupo de madres desesperadas en la búsqueda de sus hijos que empezaron a ser detenidos, sin saber sus paraderos. Poco a poco el termino de “desaparecido” se empezó a instaurar, dando incluso una definición de ello el propio Videla: “el desaparecido es simplemente un desaparecido, no es nadie”. El grupo de Madres empezaron a funcionar en plena dictadura, sin una formación política, algunas sin conocimiento alguno de lo que sucedía y el porque sus hijos/as no estaban a su lado. Tuvieron una repercusión fuerte a nivel internacional y siguieron siempre con su lucha, con sus rondas una vez por semana en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, y que con los años se expandió a mas áreas de DDHH. Poco tiempo después aparecieron Las Abuelas, cuyo objetivo es la búsqueda de sus nietos, apropiados durante los años de la represión. Fue una separación de las Madres ya que muchas de ellas se empezaron a enterar que sus hijas o sus nueras fueron detenidas embarazadas o con sus niños pequeños.

Camino largo a los procesos de justicia

La labor de los organismos de derechos humanos se ha llevado a cabo desde los años de la dictadura para que se consiguiera procesar a los responsables, por ello son clave, con esta lucha constante e incesante y la que ha propiciado el escenario para la realización de estos juicios. En el momento en que se derogaron/anularon las leyes de impunidad y se reabrieron las causas, si bien fue un momento histórico que permitió el comienzo de los procesos de justicia y consideramos que era la obligación del Estado el propiciar las condiciones favorables para que se haga justicia.

Para los 20 años del golpe de estado militar; la propia sociedad empezó a demostrar la necesidad de justicia; junto con una marcha multitudinaria por la fecha del golpe (24 de marzo). El tema se hablaba más y se sentía la necesidad de justicia aunque aún había impedimentos por las leyes impuestas de impunidad.

H.I.J.O.S. por esa época se empieza a organizar, los hijos e hijas comienzan a ser conscientes de su figura y la necesidad de llevar la reivindicación de la lucha de sus padres, búsqueda de sus hermanos apropiados y de justicia.

A parte de los organismos de DDHH, son claves los testimonios de las propias víctimas y los familiares de desaparecidos. Sus aportes son importantes para la reconstrucción de la memoria de lo que sucedió y sobre todo para los padres, hijos, hermanos, reconstrucción de la identidad de su familiar desaparecido o asesinado, robada durante todos esos años de silencio. Ya que muchas familias hasta que no se han enfrentado a una testificación en un juicio no han hablado de los sucesos ocurridos en esa época.
Por ello las esperanzas que generan estos procesos judiciales, son el comenzar a poder cerrar heridas y la reconstrucción de la confianza en los sistemas legales o institucionales.

Reconstrucción de nuestra identidad, de nuestras historias

Ejemplos de compañeros/as que han conseguido conocer a compañeros de cautiverio o de militancia de sus padres y ha llevado al desahogo de ambas partes; la liberación de las personas que dan testimonio que, por fin, pueden contar su historia y el descubrimiento de la personalidad y vivencias de los padres desaparecidos para sus hijos.

Los procesos judiciales no son suficientes para curar las heridas. Pero es importante que el propio estado reconozca y repare el daño causado a través de la justicia; aunque este no sea suficiente para reparar el daño hecho. La sociedad está quebrada ya; para las víctimas directas, curar las heridas completamente, sería no vivir en esta sociedad donde triunfaron valores materialistas, capitalistas e individualistas, contrarios a los que sus seres queridos buscaban para un mundo mas libre.
Para los familiares de desaparecidos, no se empiezan a cerrar las heridas hasta que se tienen los cuerpos, y saber como fueron sus días de cautiverio y su muerte. Es primordial para cerrar el duelo, aunque sea duro, es el principio para aceptar la realidad.
Es importante que la sociedad vea y sienta que hay justicia, que la verdad sale a la luz por muy vergonzosa que sea, para que haya un avance, una evolución, a pesar que haya hasta tres generaciones marcadas por la tragedia (el dolor se pasa de abuelos, padres e hijos).

Uno de los limites en que nos encontramos es la lentitud del aparato judicial. Tememos por lo que pueda pasar después de las elecciones, si los juicios continuaran o se paralice y que muchos responsables y represores queden impunes porque no haya habido una reforma que permita la continuidad de estos juicios. Nos encontramos con trabas a la hora de la protección de los testigos, repeticiones de sus testimonios, por lo que lleva a un sufrimiento psicológico y a veces innecesario, es decir, un cierto abandono de las víctimas, las cuales son protegidas al final por los propios organismos de DDHH y no por el propio Estado. Un ejemplo es Julio López, que tras dar su testimonio en septiembre de 2006, clave en el juicio de Etchecolatz, desaparece, tras varias amenazas para que no testifique.

H.I.JO.S. en los juicios realiza la labor de acompañamiento de testigos, ya que como antes señalamos no hay un programa instaurado de protección física o de acompañamiento Psicológico, y en muchos casos los miembros de H.I.J.O.S. acompañan a través del país a los testigos.
A parte se realiza una difusión de las fechas y lugares de los juicios para que la gente pueda acudir e informar y denuncias la prohibición de la transmisión de estos por los medios de comunicación.

Ahora mismo H.I.J.O.S. es uno de los organismos de DDHH más activo en los juicios y no cejara en su empeño en que estos se sigan llevando a cabo y denunciando los resultados de las sentencias que se vean que son injustas para la reparación de la memoria y las heridas aun abiertas por una de las dictaduras mas sangrientas de América latina.